24 noviembre 2015

El legado de Albert Einstein (1879-1955)

Una colaboración especial de J. Adolfo de Azcárraga
Presidente de la Real Sociedad Española de Física. Profesor emérito de la Univ. de Valencia y miembro del IFIC (CSIC-UV)
Newton, Darwin y Einstein son, seguramente, los más grandes científicos de la historia. También cabe mencionar a James Watson y Francis Crick por descifrar en 1953 la estructura del DNA, cuya fundamental importancia para copiar el material genético “no les pasó inadvertida”, como no olvidaron puntualizar. Y en un plano muy diferente, no estrictamente científico, se encuentra el físico Timothy Berners-Lee por crear en 1989 en el CERN la world wide web, que ha producido una transformación social mucho más profunda que la originada por Gutenberg en el s. XV. Todos ingleses, por cierto, salvo el estadounidense Watson (pero que trabajó en Cambridge), y Einstein, alemán de nacimiento aunque renegó de su nacionalidad. Einstein se encontraba fuera de Alemania cuando Hitler tomó el poder en 1933 y ya nunca regresó a ella. Dos años antes se había publicado en Leipzig el libro Cien autores contra Einstein, ante el que comentó: “si estuviera equivocado, con un solo profesor bastaría”. Y, en mayo de 1933, en autos de fe con portadores de antorchas, sus libros ardieron junto con los de muchos otros autores, sobre todo judíos.
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Einstein escribiendo las ecuaciones del campo gravitatorio en el vacio en torno a 1930

Suele creerse que los descubrimientos de Einstein fueron sólo de naturaleza teórica; ciertamente, es el físico teórico por excelencia. Sin embargo, también han generado incontables aplicaciones prácticas, pues a toda revolución conceptual le sigue siempre una gran revolución tecnológica, algo que deberían recordar quienes insisten en que la investigación debe ser ‘práctica’. El “muy revolucionario” trabajo sobre el efecto fotoeléctrico de 1905, la gran contribución de Einstein a la naciente física cuántica y la razón de su Nobel, es la base de incontables aplicaciones. Pero la imaginación popular siempre ha vinculado a Einstein con la relatividad. En 1905 (su Annus Mirabilis) desarrolló la Relatividad Especial, que resulta imprescindible cuando intervienen velocidades muy grandes, comparables a la de la luz, donde la mecánica de Newton ya no es adecuada. Sus consecuencias (E=mc² aparte) son muy profundas, pues la relatividad modifica el carácter absoluto y separado del espacio y del tiempo newtonianos, que en ella se funden en un único espaciotiempo. Como señaló en 1908 Hermann Minkowski, antiguo profesor de Einstein en el Politécnico de Zúrich, “sólo esa unión retiene una entidad independiente”. Más aún: la ‘fuerza’, base de la mecánica de Newton, acabará cediendo su protagonismo en favor del ‘campo’. El nombre de ‘relatividad’, sin embargo, es poco feliz: la teoría resalta lo que es invariante bajo ciertas condiciones, las leyes físicas, que por tanto (y afortunadamente), no son ‘relativas’. Ortega y Gasset –que acompañó a Einstein en su visita a España en 1923- apreció enseguida este aspecto. El propio Einstein utilizó ocasionalmente Invariantentheorie, pero ya era tarde para cambiar el nombre de ‘relatividad’, ya establecido.
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Albert Einstein en Toledo, 6 de marzo de 1923 / Imagen: Fundación Ortega y Gasset
Sin embargo, la obra cumbre de Einstein, cuyo centenario celebramos, es la Relatividad General (RG). Conceptualmente, las ecuaciones de la RG son sencillas: geometría = materia, es decir, la distribución de materia determina la curvatura del espaciotiempo; se puede decir que la gravedad es la dinámica del espaciotiempo. Como teoría del campo gravitatorio, la RG es la base de cualquier consideración cosmológica o astronómica; por ejemplo, da cuenta del perihelio anómalo de Mercurio, inexplicable por la mecánica newtoniana. Pero también tiene consecuencias inesperadas, desde filosóficas, pues invalida el apriorismo kantiano sobre la pretendida naturaleza euclídea del espacio (y de paso cuestiona cualquier otro conocimiento a priori), hasta otras bien mundanas: la precisión del GPS sería imposible sin la RG. De hecho, si los aparatos que utilizamos indicaran el nombre del científico cuyos descubrimientos permiten su funcionamiento, el de Einstein sería omnipresente.
Todos los grandes avances de la física moderna -relatividad, teoría cuántica, cosmología- nacieron en el primer tercio del siglo XX. Las contribuciones de Einstein a esos campos fueron mayores que las de cualquier otro científico. También se equivocó alguna vez, claro, incluso por juzgar erróneo lo que no lo era. Su oposición inicial a la expansión del universo le movió a introducir en 1917 la famosa constante cosmológica, en el lado geométrico de las ecuaciones de la RG, para describir un universo estático, entonces la creencia más común hasta que la Ley de Hubble de 1929 (predicha por Georges Lemaître) mostró la expansión del universo. Según manifestó Einstein a George Gamow, esa constante fue “el mayor error de su vida”. Pero el verdadero error de Einstein no fue introducirla, sino no apreciar que su solución estática no era válida como tal por ser inestable.  Hoy, la constante cosmológica ha resurgido en el lado derecho de las ecuaciones de la RG (materia) como la ‘energía oscura’ que forma un 70% del universo y que es responsable de la aceleración de su expansión, observada en 1998. Sin embargo, conocer la verdadera naturaleza de la constante cosmológica y ajustar su valor constituye un reto fundamental. Tampoco acertó Einstein en su manifiesta hostilidad a los agujeros negros (hoy menos negros por la radiación de Hawking, resultado de considerar aspectos cuánticos), quizá porque indicaban que su teoría de la RG no era definitiva. Al margen de anticipaciones newtonianas y de importantes contribuciones basadas en la RG de Karl Schwarzschild, Lemaître, Chandrasekhar y otros, la física de los agujeros negros (cuyo nombre, de 1968,  se debe a John A. Wheeler) comienza en 1939 con el estudio del colapso estelar por Robert Oppenheimer (el futuro director científico del proyecto Manhattan) y Hartland Snyder. Hoy hay evidencia de numerosos agujeros negros; por ejemplo, hay uno supermasivo en el centro de nuestra galaxia (la Vía Láctea), Sagitario A* o Sgr A*, con una masa de cuatro millones de soles.
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Sagittarius A* es un agujero negro en el centro de nuestra galaxia / Créditos: X-ray: NASA/UMass/D.Wang et al., IR: NASA/STScI


Finalmente, aunque Einstein observó que sus ecuaciones de la RG daban lugar a ondas gravitatorias (como las de Maxwell a ondas electromagnéticas), cuestionó su existencia: en 1974 fueron observadas indirectamente estudiando el púlsar binario PSR B1913+16. Hoy se intenta detectar directamente las ondas gravitatorias primordiales producidas tras el Big Bang, lo que permitirá comprobar aspectos esenciales de la gravedad y de la expansión del universo en sus inicios, antes del origen de la radiación de fondo. Ésta comenzó su viaje 380.000 años tras el Big Bang, cuando el universo se hizo transparente; es, por tanto, la luz más antigua del cosmos. Pero éste ya lo era antes para las ondas gravitacionales que, por tanto, permitirán ‘ver’ el universo en sus comienzos, con anterioridad a las imágenes proporcionadas por la astronomía óptica y la radioastronomía.
Como es natural, Einstein no fue ajeno a su tiempo: la física de las partículas elementales, esencial en muchos avances, no se había desarrollado todavía. Sus fracasados intentos de aunar la gravedad y el electromagnetismo, quizá condicionados por su disgusto ante la mecánica cuántica ‘ortodoxa’, hubieran seguido hoy otras vías. Ese rechazo surgía porque, pese a sus ecuaciones deterministas, la mecánica cuántica presenta aspectos probabilísticos: la función de onda, cuya evolución sí es determinista, no es lo directamente observable, siendo en el proceso la medida donde entran las probabilidades. Por ello, Einstein creía –frente a Bohr y Heisenberg, los padres de la interpretación ‘ortodoxa’ de Copenhague de la mecánica cuántica- que ésta no proporcionaba una descripción completa de la realidad física: “Dios no juega a los dados”, decía. Esa íntima convicción, siempre mantenida, contribuyó a su progresivo aislamiento científico. Pero hoy, sin embargo, el problema de la medida en la mecánica cuántica continúa siendo un reto. La independencia de criterio de Einstein, que tan útil le había sido, le indujo a continuar solo su camino. De hecho, Einstein fue un solitario personal y científicamente; por eso no dejó escuela, como otros físicos muy originales como Paul  Dirac o Richard Feynman, también premios Nobel. “Quizá me he ganado el derecho a cometer mis propios errores” ironizó Einstein en alguna ocasión. Pero ni todos fueron tales, ni rebajaron un ápice su estatura científica: nadie, ni siquiera él, podía acertar siempre ante problemas tan profundos como los que ocuparon su mente.
Einstein gozó de una extraordinaria popularidad, sobre todo tras la confirmación en 1919 de la desviación de luz estelar por el Sol que predecía su RG. Asediado por periodistas y fotógrafos, llegó a comentar que su profesión era la de ‘modelo masculino’ y, como si de un moderno oráculo se tratase, no rehuía responder a las preguntas más dispares. En el ámbito familiar, sin embargo, el Einstein europeo no alcanzó cotas elevadas: ni siquiera su dedicación a la ciencia permite excusar algunos aspectos de su comportamiento. En lo social, Einstein se inclinaba por la socialdemocracia, mostrando una gran preocupación e integridad; como dijo C.P. Snow, era unbudgeable (inamovible). También tuvo que enfrentarse a situaciones extremas: el 2-VIII-1939 abandonó su probado antibelicismo para escribir al presidente Roosevelt la carta que contribuyó a iniciar el proyecto Manhattan y, finalizada la guerra, regresó a sus convicciones pacifistas. En 1959, días antes de su muerte y en plena guerra fría, firmó un manifiesto con Bertrand Russell que daría lugar a las conferencias de Pugwash. Su conciencia determinó su conducta pública: censuró el régimen de Stalin, la segregación racial en Estados Unidos como “enfermedad de los blancos, no de los negros” y criticó el Macartismo, al que oponía la resistencia civil. En 1952 Einstein rechazó la presidencia de Israel: “conozco algo sobre la Naturaleza, pero prácticamente nada sobre los hombres”, sentenció. Aceptada literalmente, esa afirmación podría explicar su bienintencionada pero utópica creencia en la necesidad de un gobierno universal; hubiera sido interesante conocer su opinión, si llegó a leerlo, sobre el 1984 de Orwell, quien tenía una visión mucho más sombría de los supergobiernos. Quizá las bases evolutivas de la naturaleza humana, poco proclives al ideal rousseauniano del buen salvaje, o la teoría de la evolución en general, no suscitaron el interés de Einstein; sí habían atraído antes –y mucho- al gran físico Ludwig Boltzmann, 35 años mayor que Einstein y admirado por éste.
Ante los logros einsteinianos cabe la misma admiración que Feynman expresó ante las ecuaciones de Maxwell: “con el paso del tiempo, incluso la guerra civil americana quedará reducida a una insignificancia provinciana comparada con este descubrimiento de la misma época”. En los cien años transcurridos desde la RG, la física ha realizado grandes avances en el camino de la unificación de sus leyes y de la geometrización de la Naturaleza que el propio Einstein trazó. Los problemas fundamentales que él no pudo resolver determinan todavía las fronteras del conocimiento. Muchos físicos consideran que la estructura de la mecánica cuántica, que nunca le satisfizo, aún no es definitiva; Einstein contemplaría hoy el desarrollo de la segunda revolución cuántica con gran interés (y una sonrisa). La gravedad cuántica, necesaria unión de dos teorías aún inmiscibles, espera la llegada de un nuevo Einstein; entretanto se rastrean sus pistas en los orígenes del universo, desde observatorios en el polo Sur y con el satélite Planck. Estas nuevas medidas de la radiación cósmica de fondo están poniendo a prueba los modelos de inflación (la brevísima expansión exponencial del universo primitivo) y su conexión con la física de partículas, la gravedad cuántica y, quizá, hasta con la teoría de cuerdas. Así se podrá ir más allá de la teoría de la RG de Einstein que, por no ser cuántica, ha de considerarse como una aproximación de una teoría más completa. Por todo ello, ante la envergadura de los retos planteados y la frecuente banalización del conocimiento y la Cultura, cabe concluir recordando lo que el propio Einstein afirmó en 1952 y le es aplicable a él mismo: “sólo hay unas cuantas personas ilustradas con una mente lúcida y un buen estilo en cada siglo. Su legado es uno de los tesoros más preciados de la humanidad…No hay nada mejor para superar la presuntuosidad modernista”.

Vía: https://www.bbvaopenmind.com/el-legado-de-albert-einstein-1879-1955/

22 noviembre 2015

Científicos crean 'agua sólida' para combatir la sequía

Investigadores rusos de la Universidad de Vorónezh han desarrollado un nuevo método de agua solida para combatir la sequía, consistente en unos gránulos capaces de absorber grandes cantidades de agua.
Científicos rusos han presentado este lunes el 'agua dura', como denominan a un sorbente especial que se puede aplicar en la tierra en lugar del agua normal en aquellas zonas con un clima seco, informa la página oficial de la Universidad de Vorónezh.
Un kilo del preparado, consistente en gránulos que aumentan de tamaño aproximadamente en 100 veces, son capaces de absorber alrededor de 500 litros de agua. El funcionamiento de los sorbentes se basa en las cualidades del agua: el líquido penetra en la matriz del polímero, obteniendo la estructura del hielo, y se queda, de este modo, en el material. Esta es la razón por la que el polímero lleva el nombre del 'agua sólida'. Cuando los niveles de humedad bajan, la conexión entre la matriz y gránula se rompe y el líquido llega a la tierra.
La mayor ventaja de dicho descubrimiento es, según los químicos, "la eficacia económica de su uso": la frecuencia de riego y la cantidad del agua usada se reduce en un 50%. Asimismo, el precio del nuevo preparado será bastante más bajo que el de sus análogos extranjeros: se espera que un kilo cueste alrededor de 10-12 dólares. 
En México la tecnología existe comercialmente desde el 2012, es un polvo granulado de acrilato de potasio biodegradable no tóxico capaz de absorber hasta 200 veces su peso en agua, usado con éxito por muchos productores para hacer frente a la escasez de agua, utilizado en los sectores agrícolas y forestales así como en floricultura, horticultura e hidroponía.
Actúa como un reservorio de agua que permite que entre el 65% y 80% del agua almacenada sea tomada por el sistema radicular de las plantas de acuerdo con sus necesidades. Lo que asegura un crecimiento estable y saludable de los cultivos.

05 noviembre 2015

¿Se puede vivir siempre de Vacaciones? ¡El club IQ Desarrollo te dice cómo!

El 24 de octubre, 2015. WTC CIUDAD DE MÉXICO:

LaRevista.club tuvo la oportunidad de entrevistar a Álvaro López experto en finanzas.

Álvaro López estudió Administración de Empresas en la Universidad Católica de Valparaíso, Chile.  Diariamente mantiene un enfoque en inspirar a miles de personas alrededor del mundo a convertirse en todo aquello que han soñado, junto con Alan Berrocal son pioneros en latino américa de los colectivos de riqueza, fundando así el Club de inversión IQ Desarrollo. 


Álvaro López Háblame de tu empresa, ¿Quiénes son cuál es tu misión y visión?

Somos el club de inversiones IQ desarrollo, fundado por Alan Berrocal y Álvaro López, nuestra misión es crear riqueza colectiva, es decir ayudar a las personas a juntarse y fortalecerse para crear riqueza en términos personales y términos colectivos. Porque creemos que existe un mercado en el cual los grandes capitales están imperando y dominándolo todo.

Al unirse pequeñas personas con micro capitales se pueden fortalecer y crear cosas interesantes crear riqueza.


¿Cuántos años llevan en el mercado?

Hace cerca de 6 años Alan Berrocal fundo el Club de inversiones IQ Desarrollo, mediante un concepto de unir emprendedores. Este concepto fue evolucionando a medida que pasaron los años, yo me uní a él y nos asociamos al origen de esta idea, para crear una visión expandida  del mundo de las inversiones reales. Empezamos a hacer inversiones durante mucho tiempo juntándonos con amigos que también hacían inversiones y este proyecto maduro cuando vimos grupos de personas en Estado Unidos y en Rusia que crearon los colectivos de riqueza a través de esta idea y ese concepto lo trajimos a latino américa y lo desarrollamos.


 ¿Cuáles son sus servicios o productos?

No somos una empresa que vende productos o servicios, somos un Club de inversiones y como tal cada uno hace sus propias inversiones, lo que provee el club es un poco de educación, motivación y poder interactuar con otras personas que también tienen el mismo interés. Los colectivos  funcionan de una manera social, en la cual tú te unes a otras personas que tienen el mismo interés y eso te permite tener mejores resultados.


¿Qué los diferencia de la competencia?

Actualmente existen muchos grupos de internet que te invitan a participar vender productos, a ligarte a alguna cosa, a vender cursos, clases. Nosotros no hacemos nada de eso en realidad, somos algo completamente diferente a todo lo que existe en latino américa la verdad dentro de lo que sabemos somos pioneros en este concepto colectivo de riqueza, nuestro objetivo principal es crear dinero, ganar dinero porque creemos que la mejor forma de fortalecerse económicamente es dedicarse al mercado y al rubro del dinero y de eso se trata el club de inversiones, hacer inversiones para ganar.   


¿Qué debemos de esperar de su empresa?

Ustedes pueden esperar que nosotros les podamos ayudar en el fundamento más importante en la vida económica de una persona, crear dinero, crear riqueza. Nosotros podemos ayudarte a entender cómo funciona  el mundo del dinero, como participar en él, como son las inversiones, que tipo de inversiones existen, como se pueden hacer ese tipo de inversiones y eso finalmente puede fortalecer tu vida financiera y tu economía. Es muy importante porque todas las personas quiéranlo o no están relacionadas con el mundo del dinero y la mejor idea del mundo es aprender sobre el dinero y aprender como interactuar con él.      



¿Dónde los podemos localizar o contactar?

Somos un grupo fundamentalmente de internet nos pueden ubicar en nuestro sitio web www.clubiqdesarrollo.com también nos pueden escribir en nuestro correo electrónico si tienen dudas o quieren ver videos de los fundamentos que estamos difundiendo a través de nuestro correo negocios@clubiqdesarrollo.com también tenemos una página de YouTube y un grupo de  Facebook donde ya somos más de 4000 personas que pueden participar también en el grupo de Facebook club de inversiones iq desarrollo.